Con 40 años de experiencia empresarial a sus espaldas, el que fuera alcalde del concello lucense de Meira a los 29 y uno de los principales artífices de la constitución de la Confederación de Empresarios de Galicia en 1981 recibe el próximo miércoles el homenaje de la patronal en el transcurso de un foro económico en el que será nombrado presidente fundador. Desde la óptica de la veteranía, el primer presidente de la CEG, fundador y responsable del Grupo Aresa, Álvaro Rodríguez Eiras (Meira, 4 de abril de 1932) insta a aplicar la lógica frente a la adversidad económica. Recortes sí, pero con sensatez y «sin politiqueos», para tratar de romper el círculo vicioso en el que la morosidad de unas administraciones sin dinero provoca la quiebra de las empresas, que alimentan con sus plantillas el gran problema del paro.
Pregunta: La CEG celebra su 30 aniversario en un momento crítico para la economía. ¿El más difícil de su historia?
Respuesta: No lo sé, porque los empresarios gallegos hemos pasado muchas épocas críticas, pero es muy importante. Las empresas están cerrando, principalmente por la escasez de crédito y la tardanza de los municipios, autonomías y Gobierno central en pagar las contrataciones. Esta situación no se va a superar fácilmente y es posible que se agrave a corto plazo.
P: ¿Qué queda de la confederación que ayudó a fundar hace tres décadas?
R: Ha progresado de tal manera que la realidad ha rebasado todas las previsiones optimistas. Una organización casi sin presupuesto ha dado lugar a una sólida, consolidada, con cerca de 40 personas trabajando en ella y que representa a casi todas las empresas de Galicia.
P: ¿Cómo surgió el proyecto?
R: Cuando fundamos la confederación lo hicimos porque era imperiosamente necesario en una democracia creciente que hubiera agentes sociales para garantizar el equilibrio. Aparte de los partidos políticos tiene que haber una representación de los trabajadores y otra de los empresarios para que en los foros donde se discuten asuntos que afecten a unos y otros pueda haber un diálogo constructivo. Esperemos que en este punto el próximo Gobierno sea más constructivo que el actual…
P: El Banco de España prevé un crecimiento nulo para el tercer trimestre. ¿Se palpa entre los empresarios el temor a una nueva recesión?
R: El miedo no cabe duda que existe. Los medios de comunicación, al hablar a diario de los problemas de la economía, están asustando a todo el mundo, incluso a una parte muy importante de la población que no debería sufrir porque tiene un empleo bueno o trabaja para las administraciones públicas. Eso está produciendo un retraimiento de las compras que perjudica a la economía y eleva el peligro de recesión. Debería haber alguna voz, valga esta para empezar, que diga que esa parte de la población debería hacer su vida normal.
P: La incertidumbre en la UE, avivada en los últimos días por la crisis del referéndum griego, no ayuda a pintar un escenario de optimismo…
R: Un problema de la categoría del griego no se puede someter a referéndum, porque el hombre de la calle no está preparado para responder. Sería un error del primer ministro cometido por razones políticas.
P: ¿Hay peligro de contagio para la economía española?
R: Una suspensión de pagos de Grecia sería malísima para el país, porque implicaría no poder pagar los sueldos a la gente, que a su vez no tendrá dinero para comprar ni pan, ni zapatos ni gasolina. Y si esto sucede, van a crujir todas las economías del euro.
P: La patronal madrileña afirmó el miércoles que en 24 meses España podría crear empleo si se aplican las medidas de la CEOE. ¿Coincide con esta afirmación?
R: Sí. El paro crece porque los empresarios —también la Administración, pero fundamentalmente el sector privado— despiden gente porque no tienen trabajo. Si el próximo Gobierno es capaz de infundir confianza, incentivar el consumo y conseguir que fluya el crédito de los bancos hacia las empresas en apuros y las familias, entonces no cabe duda de que en 24 meses se empezará a recuperar el empleo.
P: ¿Qué medidas deberían adoptar las administraciones?
R: Lo primero que tienen que hacer es empezar a pagar lo que le deben a los empresarios para que ese dinero se multiplique después. Pero para eso necesitan liquidez y no la tienen. Por lo tanto, deben recortar, como haría cualquier familia, los gastos superfluos que no sean esenciales para el bienestar de la población. Sin politiqueos y con sensatez: la sanidad hay que mantenerla, pero sí se pueden cerrar otras muchas cosas.
P: Respecto al otro gran problema de los empresarios, la falta de crédito. ¿Cree que las nuevas exigencias de capital de la UE contribuirán a restringirlo aún más?
R: A corto plazo sí, sin duda. Si yo tengo 1.000 euros ahorrados y alguien me dice que debo tener 3.000 me está obligando a sacar 2.000 de los gastos que estaba haciendo. Eso es lo que le está pidiendo la comunidad europea a los bancos, que engrosen su capital hasta alcanzar un 9% de cobertura y para eso van a tener que retirar de la circulación el dinero.
P: ¿Cómo han recibido los empresarios gallegos la absorción del Pastor?
R: Creo que lo han entendido. Como gallego siento que no haya un banco gallego, pero entiendo que en los tiempos que corren no hay lugar para entidades pequeñas. Lo mismo vale para las cajas. Había dos con una duplicidad de funciones y objetivos que no tiene razón de ser, por lo que veo bien que se fusionen y se hagan una caja fuerte.
P: ¿Cree que la pérdida de las entidades gallegas puede repercutir en la actividad económica de la comunidad?
R: No. Yo estoy muy orgulloso de vivir en Lugo y me encanta Galicia, pero hay que olvidarse de los nacionalismos y de los provincialismos y pensar en la mera economía. Lo que nos importa a los empresarios y a la gente es tener los servicios que necesitamos lo más baratos posible.
»EL CAMPO PASA UNA ÉPOCA CRÍTICA, PERO SE EMPIEZA A HABLAR DE ÉL»
P: El premio que se le entrega es un reconocimiento a su trayectoria empresarial. Vinculado como distribuidor de fertilizantes a agricultores y ganaderos… ¿Cómo valora la situación del sector?
R: Está atravesando una época crítica. La comunidad ha tomado unas medidas muy perjudiciales para los ganaderos, que ya lo estaban pasando muy mal, porque la leche y la carne no está siendo debidamente pagada. Lo que me da un poquito de esperanza es que los políticos en esta campaña empiezan a hablar de agricultura, a prestarle más atención. El señor Rajoy incluso dijo que iba a volver a tener un ministerio propio. Espero que se den cuenta de que es una parte importantísima de la economía española y gallega.
P: ¿Cree que el campo gallego se verá perjudicado si salen adelante las propuestas de la PAC de Bruselas?
R: Tal como están sí, pero espero que se puedan discutir. Tenemos un gran valedor en el director general de agricultura de la comunidad europea, que es lucense, de Chantada, y alguien debería recurrir a su ayuda para resolver este problema. Creo que habría que volver a algunos cultivos que se han ido dejando, por ejemplo los cereales, como el centeno y el trigo, porque por ahí puede haber alguna vía de ayuda para el campo y hoy podrían ser bastante más rentables que cuando se dejaron.